domingo, 8 de mayo de 2011

RATATOUILLE (2007) - La regresión de Anton Ego - ¿A QUIÉN AGRADESCO LA COMIDA?



Desde el momento en que es preparado con la pulcritud de un cheff internacional, con el cuidado de todos y cada uno de los ingredientes; y la mezcla adecuada de los sabores hasta su final presentación y despliegue en el plato, hasta el momento preciso en que el comensal Ego con la mirada aguda y la mente en blanco recibe el platillo que se dispone a degustar y al que una vez más lanzará su más férrea  e inflexible crítica contra un Gusteau.
El frío cubierto del crítico atraviesa las rodajas del platillo sin encontrar más mínima resistencia y toma una porción que se desprende suavemente del potaje desplegando un aroma, que dado el momento crucial de la película hasta casi podríamos sentir.  Los ojos inmutables y fríos del juzgador analizan cada aspecto del bocado al tiempo que se dispone a registrarlo todo en su libro de notas. Es un platillo corriente, le parecerá a algunos, pero el crítico es un profesional y respeta el reto y no hace comentarios fuera del que sus sentidos puedan transmitirle. El momento crucial llega, (casi podemos sentir el sabor y la textura misma en nuestras bocas cuando vemos y escuchamos Anton Ego masticar el bocado), dura unos segundos, los mismos que reconfiguran la expresión de Ego, los mismos que necesita el platillo para hacer una regresión en su vida, los mismos que necesita el crítico, un frío e inflexible ser humano, para ser transportado a una época, a un día, a una hora, a un momento, a un recuerdo, a una persona en particular, quizá la más importante de su vida: su madre. La misma que supo consolarlo cuando habiéndose lastimado y roto su juguete lo contentó con su postre favorito ese tan simple, tan casero, tan sencillo.
Todos hemos pasado por algo igual y quizá sea ése el secreto que le da magia a esta escena: el hacernos recordar ese momento perdido en nuestra memoria cuando creíamos que teníamos un problema tan grande pero que mamá siempre lo hacía ver tan simple. Ego no solo recordó un instante ya olvidado de su vida, sino que recobró ese lado que nos hace humanos y sentirnos vivos, la alegría ante la vida que descubrimos cuando somos niños y que cuando adultos olvidamos.
Hace mucho leí en un artículo sobre esta escena y el autor del dicho comentario la consideraba como uno de los finales más bellos en la historia del cine. No veo por qué deba pensar lo contrario. No sé si esta escena será una de las mejores en la historia del cine, pero sin lugar a dudas debe ser una de las más enternecedoras.

viernes, 6 de mayo de 2011

STAR WARS: EPISODIO VI - EL REGRESO DEL JEDI (1983) - Asalto Final a la Estrella de la Muerte - YEEEHAAA!!!





El escuadrón Gold está en posición, Han Solo completó su misión de destruir el escudo reflector y ahora le corresponde a Lando Calrissian, Gold líder al mando del Halcón Milenario, la nave más rápida de la alianza rebelde, dirigir el ataque final contra la Estrella de la Muerte. La escena del ingreso del escuadrón completo de asalto recorriendo los intrincados laberintos de la fortaleza imperial es acompañada en todo instante por el ritmo de una melódica marcha militar que interna al espectador en esta crucial misión. Los enemigos están cerca pero Lando Calrissian sabe que la vida de muchos depende de su misión y escoltando a Wedge Antilles se dirigen raudamente al centro mismo de la Estrella de la Muerte. El momento crucial de la escena tiene lugar luego de la destrucción del reactor central, la posición de la cámara cambia para mostrarnos primero la nave de Wedge en escape y luego al Halcón Milenario en primer plano mientras detrás de ella se produce la colosal explosión que comienza a perseguirlos.  

La orden general es ahora retirarse de las inmediaciones de la Estrella de la Muerte, todos comienzan la escapar. Luke Skywalker logra salir a tiempo de una  explosión llevando a su padre mientras en ese mismo instante, Wedge logra escapar raudamente, pero Lando, que venía por detrás se encuentra algo más retrasado. La explosión lo persigue, la naves enemiga que lo seguía ha sido alcanzada por la explosión que ahora comienza a rodearlo, las pulsaciones se aceleran, la ruta de escape está ya al frente del Halcón Milenario, pero las llamas comienzan a ocultar la visión del exterior, todo está a punto de terminar, si no salen pronto toda la fortaleza explotará con ellos. El rostro de Lando no puede ocultar su preocupación, en seguida la cámara nos sitúa ahora en la salida, completamente cubierta en llamas para segundos después, abriéndose paso entre las flamas, y con el estruendoso grito de su piloto, la legendaria nave y sus ocupantes salen airosos de una misión que creían perdida. La escena culmina con el halcón MIlenario dejando atrás a una Estrella de la Muerte que vuela en pedazos, vista a través de los azules cielos de la Luna de Endor.

lunes, 28 de marzo de 2011

LA MALDICIÓN DEL PERLA NEGRA (2003) - Escena en la isla - PERO, ¿EL RON POR QUÉ?


¿Qué puede ser mejor que estar solo en una isla del caribe en compañía de una hermosa mujer y con todo el licor disponible para ambos? Pero las cosas son distintas para el capitán Jack Sparrow. En esta cómica escena se mezclan de manera estupenda, la expresión facial, la peculiar manera de andar, la voz y el recital de gestos  del distinguido capitán Jack Sparrow, interpretado por Johnny Depp.
La dama había planeado embriagar al capitán Sparrow, y crear una enorme señal de humo con el licor y la quema de parte de la vegetación de la isla. El capitán reacciona, reclama, protesta, la chica se lo explica, pero de nada sirve, en lo único que piensa es en el licor. Luego de explicárselo ella se sienta dándole la espalda, después de todo el plan es brillante. Todo el que haya visto la película, no puede evitar al menor esbozar una sonrisa cuando vemos al capitán Sparrow llevarse ambos puños a la boca en señal de contención de ira e impotencia y sacar la pistola, de un solo tiro. Es un momento cortísimo en la escena pero en donde el espectador puede deducir lo que pasa por la mente de Sparrow, a través de la expresión de sus ojos y de sus gestos, algo más o menos así: “Hay mujer, me dan ganas de matarte, pero no lo hago porque este tiro me puede salvar de la agonía de quedar abandonado para siempre aquí". Es notable de resaltar también, el acertado doblaje.
Jack Sparrow es toda una caricatura de la concepción romántica de un pirata, una gran caracterización por parte del versátil Johnny Depp.

domingo, 20 de marzo de 2011

EL CABALLERO DE LA NOCHE (2008) - Escena en el cuarto de interrogación - "¡TÚ, NO TIENES NADA!


La nueva versión de Batman, la inmortal interpretación de Heath Ledger y la dirección acertada de Nolan junto a un guión mucho más maduro ha marcado la pauta de cómo debe ser caracterizado este villano en el futuro.
En la escena vemos cara a cara a los dos personajes principales inmortalizando la prueba irrefutable de por qué es el Guazón el más peligroso enemigo del justiciero, expresádolo en la célebre frase:  "Tú eres la otra parte de mí."
El Guazón está encerrado, no puede escapar, Batman viene a visitarlo solo por rutina, simplemente para hacerle confesar la ubicación del deaparecido fiscal Dent, después de todo se trata de un rufián que roba por dinero. Pero no es así de simple, los ojos del héroe reflejan lo profundo del poder de influencia del Guazón y como su retorcida manipulación psicológica pretende hacer caer al enmascarado para hacerle quebrantar el único límite de sus acciones: no matar.
Batman intenta presionar al Guazón pero este saca a relucir sus intenciones. El hombre murciélago pasa entonces a ser otra de las víctimas pues todo ha sido mentira y todos cayeron en la trampa. Nunca en las interpretaciones tanto en el cine como en la televisión se vio tan justificada las carcajadas del Guazón. ¿Por qué? Porque su plan salió a la perfección y un impotente Batman solo puede recurrir a sus impulsos humanos, cosa que al criminal le causa un enorme regocijo; tiene en sus manos al mismísimo superhéroe de ciudad Gótica y ningún golpe de este le quitará el placer de manipularlo y de fijar para siempre su mente la carga de haber tenido que elegir entre dos vidas y hacerlo sentir responsable por la pérdida de una de ellas.

LOS INTOCABLES (1987) - Tiroteo en la estación del tren - "¿Lo tienes Tom? ... MÁTALO!"



El dolor por la pérdida de su amigo Malone y la necesidad imperiosa de aprehender al único testigo capaz de llevar tras las rejas a su peor enemigo son los ingredientes de este escena.

La hora avanza y el sonido de los pasos de todos los que transitan por la estación del tren no hace más que acelerar los latidos a medida que avanzan los minutos. La tensión aumenta y para mala fortuna de Elliot Ness, una madre y su pequeño bebé  aparecen. La duda se apodera de él mientras decide entre ayudar a la madre y su niño a dejar la estación o montar guardia ante la posibilidad de que su presa se le escape, pero Elliot sabe que la captura no será pacífica y decide ayudarla. El tiempo continúa avanzando y sospechosas figuras entran en la estación, mientras la música no hace más que elevarnos la tensión. Elliot se percata que son demasiados para él, pero por el momento solo le importa salvaguardar al pequeño, lo demás deberá llegar en el momento en que deba, ya no hay marcha atrás.
Esta grandiosa escena la desarrolla, por un lado,  la férrea voluntad y determinación de Elliot Ness por capturar a su testigo y su inquebrantable compromiso con el deber que lo obligan a ayudar a una criatura en desgracia, en medio del feroz tiroteo.  Asimismo destaca la mortal precisión de su amigo y subalterno Stone, quien desde donde se encuentre y de la mejor manera que pueda, logra cubrir y apoyar a Ness (el disparo desde un segundo piso y por entre dos columnas).
El momento cumbre para esta escena son dos: la llegada de Stone a tiempo para lanzar un revólver para Elliot, al mismo tiempo de servir de apoyo al carrito del bebé salvándolo y la otra en donde el mismo Stone con la mirada fija y penetrante y sin reflejar el más mínimo de escrúpulo  solo espera de la orden de su jefe para ejecutar al captor de su testigo.

sábado, 19 de marzo de 2011

LA SOCIEDAD DE LOS POETAS MUERTOS (1989) - Escena final - "¡OH CAPITÁN! ¡MI CAPITÁN!"




Un grupo de estudiantes de una prestigiosa academia de EEUU son obligados, por las autoridades de la misma, a firmar un documento contra su controversial pero querido maestro, por considerarlo como una mala influencia para la juventud y contrario a las tradiciones de la instituión.

En esta magistral escena, el expulsado profesor acude por última vez a su aula de clase para recoger sus pertenencias. Antes de retirarse, y pese a las reiteradas y denodadas amenazas de una de las autoridades de la academia, escucha la verdad de la situasión de parte de uno de sus estudiantes para luego recibir el respaldo y la gratitud de un gran número de ellos. Una escena imborrable acompañada por una banda sonora, que confluyen en el momento preciso para resaltar esos grandes valores humanos como lo son la lealtad y el respeto para con los amigos. Un momento memorable de uno de los clásicos en la historia del cine.